Zenobia, llamada la hija del desierto, se autoproclamó reina de Palmira y transformó su estado en una monarquía desafiando la autoridad del Imperio Romano.
La historia de Zenobia
Zenobia Settimia o Julia Aurelia Zenobia (su nombre en latín), nació en Palmira en el año 240 y fue la segunda esposa del emperador de Palmira, Settimio Odenato, a quien mandó a matar en el año 267 junto a los hijos del primer matrimonio para así heredar el título de Reina, afirmando ser descendiente directa de Cleopatra. No era solo una mujer ambiciosa, era culta y con capacidades diplomáticas que sabía expresar en arameo, griego y latín. Los libros de historia no solo la describen como una reina elegante, también como una guerrera que se ponía la armadura para liderar a su ejército en las campañas de conquista. Batallas en las que conquistó las fronteras entre Siria, Palestina, el Líbano y Egipto.
El título de Reina le quedaba chico, y su objetivo era crear un Imperio Oriental reuniendo a Siria, Egipto, Asia menor y liberarse del dominio del Imperio Romano. Su reino ya era una ciudad oasis entre Oriente y Occidente, el lugar de encuentro de las caravanas que venían del lejano oriente, de la india o incluso del mediterráneo. Era una ruta importante y estratégica para el Imperio romano por los tratados y negocios que pasaban por ahí. Bajo el mandato de la Imperatrix Romanorum, como se hacía llamar, Palmira no solo creció territorialmente, también se desarrollo a nivel artístico, científico y comercial.
En el año 271, el Emperador Romano Aureliano decide reestablecer el control romano en las tierras de Oriente, comenzando por el reino de Palmira. Y aunque el Emperador había reconocido la autoridad de Zenobia, fue solo cuando la grandeza de “la ciudad de las palmas” se convirtió en un peligro para la potencia imperial de Roma, y cuando la reina comenzó a producir las monedas con su rostro en ellas, Aureliano decidió que había llegado el momento de retomar las campañas orientales comenzando por el Reino de Palmira.
Luego de perder dos batallas con su ejército, en Imme y Emesa, Zenobia retiro a Palmira y se preparó para resistir el asedio romano , esperando la llegada de los refuerzos aliados que fueron escasos para poder salvar la ciudad del trágico destino, Aureliano saqueó e incendió Palmira. Zenobia fue tomada prisionera cuando trataba de huir por el rio Éufrates junto a su hijo Vaballato y llevada a Roma en el corteo triunfal de Aureliano en el año 274. Vivió su ultimo año como matrona en una villa romana cerca de Tivoli, periodo en el cual según algunos historiadores habría tenido un romance con el mismo Emperador Aureliano.
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