Si el arte nos permite expresar sentimientos, a través de medios como la pintura, la música o la literatura, mientras la arquitectura es el arte de crear espacios y lugares para satisfacer las necesidades humanas, ¿podriamos considerar una escalera arte?
Imaginen una escalera en medio de un castillo, en la que dos personas no se cruzan cuando una baja al mismo tiempo que la otra sube, sin embargo, pueden verse por las ventanas que dan al centro de la escalera haciendo que ambas parezcan estar en una misma.
El Castillo de Chambord
Es uno de los castillos del Valle de Loire, y una de las construcciones más significativas del Renacimiento francés. Se trata de un castillo de caza construido en 1519, en el cual Francisco I se hospedó solamente 72 días. Rodeado por una muralla, el Castillo de 156 metros de largo por 56 de alto, tiene 282 chimeneas, 426 habitaciones y 77 escaleras en total.
La escalera de Leonardo
En el centro del castillo está la escalera de doble hélice atribuida a Leonardo Da Vinci. Leonardo permaneció en Francia desde 1516 hasta su muerte en 1519, y colaboró con la Corte del rey Francés, por lo que se cree que la escalera de Chambord está inspirada en el diseño del genio italiano. La escalera de 9 metros de diámetro, llega a tres niveles del edificio, empezando desde la planta baja hasta las terrazas intermedias del castillo. La torre central consiste en la unión de 8 columnas y dos hélices que giran alrededor de una linterna. Ésta, además de ser el eje de giro, permite la entrada de luz natural, optimiza el espacio y da visión desde una de las escaleras a la otra, gracias a las ventanas que dan al centro. En la punta de la linterna, existen contrafuertes y arbotantes que refuerzan la estructura. Se dice que la escalera fue diseñada de esta manera para que por un lado circulara el rey y por el otro la servidumbre, de manera tal que el monarca no se cruzara nunca con sus empleados.
Se cree que Leonardo Da Vinci participó en el diseño del Castillo de Chambord ya que varios de sus dibujos coinciden con los planos actuales de la edificación. Además, la forma de cruz griega, el tamaño de las ventanas, las dimensiones de la escalera, entre otros, siguen una serie de proporciones y simetrías, muy utilizadas por el artista italiano en sus obras. Siguiendo estos términos, “El hombre de Vitrubio” muestra el interés del autor en esta materia (proporciones y simetría). Así mismo, se puede asociar el estudio e invento de muchos sistemas giratorios como la turbina hidráulica o el volar de las aves que Leonardo menciona tantas veces.
La idea de la escalera de doble revolución no es idea propia de Da Vinci, ya que habían en Italia sistemas de rampas dobles diseñadas por otros autores. Sin embargo, la escalera de Leonardo es única por su diseño renacentista italiano y la mezcla del gótico francés.
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